Por Gabriel Link –
Tras la viralización de imágenes relacionadas con la muerte del médico itateño Enrique Maróttoli, ignorada de plano por los medios correntinos, el gobernador Gustavo Valdés, decidió que ya era hora de darle al hospital de campaña de la capital provincial (único
sitio en toda la provincia que recibe pacientes de covid-19), el personal que él y su ministro de Salud, Ricardo Cardozo, le venían negando. El nosocomio posee 1000 camas, de las cuales, según el último parte oficial, hay apenas 77 ocupadas, y solo el 5 % de los respiradores están en uso, sin embargo la situación es desesperante por la irresponsable falta de personal. Según el testimonio de pacientes dados de alta los pocos médicos, enfermeras y kinesiólogos que hay están agotados y son muy largos los momentos en que nadie responde a los llamados desesperados de los enfermos.
Intentando tapar las deficiencias del sistema de salud de la provincia, y el escándalo desatado en redes tras la muerte de Maróttoli (que no cubrieron), los medios abonados al Gobierno salieron a difundir hoy en cadena provincial un anuncio que hizo el ministro secretario de Gobierno Carlos Vignolo en una entrevista con Mitre Corrientes, asegurando que el plantel profesional finalmente será reforzado.
“Vamos a incorporar trabajadores profesionales de la salud para tener garantizada la atención ante contingencias mayores. Salió un decreto de designación de alrededor de 110 profesionales entre médicos, kinesiólogos, y enfermeros. Queremos que el recurso humano siempre esté en condiciones”, dijo Vignolo.
La novedad es que también se conoció que los “refuerzos” llegarán desde la vecina provincia de Chaco, algo curioso, pues cuando Resistencia pedía a gritos ayuda por su situación epidemiológica el gobierno correntino se la negó, aduciendo que era un riesgo permitir que el personal de salud cruzara el puente General Belgrano para ayudar en la ciudad vecina. Para suerte nuestra Capitanich es más solidario que Valdés.
Lo importante es que con la firma del decreto, el gobernador Valdés reconoció que, a pesar de la baja cantidad de camas ocupadas en el hospital de campaña (7%), el personal es muy insuficiente, y que mientras desde la oposición se le hizo ver que podíamos recibir un brote y en el hospital no había recursos humanos suficientes, Valdés 
y el ministro Cardozo, haciendo gala de su desidia se negaron a reforzar los planteles médicos y de enfermeras y enfermeros especializados.
Como parte de la liturgia radical, con ayuda de nación, Valdés puso en el hospital de campaña todo lo que se ve en las fotos, 1000 camas, 300 de ellas con respiradores y toda la aparatología necesaria, pero jamás se ocupó de lo que no se ve, el personal que atienda a las personas que van a parar a ese sitio. El gobernador tuvo ocho meses para conseguir o preparar personal especializado, pero no le importó; y ahora el problema le estalló en la cara con apenas el 7% de las camas ocupadas.
La muerte de Enrique Maróttoli
la provincia se vio conmocionada por el fallecimiento del médico de Itatí, de quien se viralizaron las capturas de pantalla con sus súplicas por un Tafirol y una frazada, un video dónde se lo ve muy asustado por la situación de abandono y un audio en el que el médico narraba que el hospital de campaña “es un depósito de cadáveres” y que una médica le recomendó que si quería mantenerse con vida debía irse de allí porque hay muy poco personal y les faltan insumos.
Sobre este caso el ministro Vignolo se limitó a explicar que “los protocolos de atención son rígidos y establecidos sanitariamente. No hay una presencia constante del personal como ocurre con otras afecciones. Hay un control riguroso y profesional pero sin la presencia constante de los enfermeros por razones obvias”, se excusó.
Audio del Dr. Maróttoli explicando la situación del hospital de campaña a la médica de su obra social, cuando aun no estaba tan mal.
Video del Dr. Maróttoli , cuando ya estaba realmente mal. Unas horas después y tras pedir con varios mensajes que le acercaran una frazada y un Tafirol, el médico falleció.
Los mensajes son genuinos, y la persona que pedía ayuda está muerta. No sabemos cuanto de cierto tienen los dichos de Vignolo en términos de establecer cual es el criterio de atención en enfermos de covid-19. Queda claro que si la atención fuese permanente aumentaría sensiblemente el riesgo de todo el personal de salud, pero entre controles “no permanentes” y el abandono de persona debe haber algún equilibrio, que aparentemente en el hospital de campaña de nuestra capital no se está cumpliendo.
Nadie puede asegurar que la muerte del médico fuera evitable, pero con la firma del nuevo decreto, nombrando a 110 profesionales de la salud queda claro que las denuncias de Maróttoli eran ciertas, y que la falta de atención tiene que ver con la inconcebible falta de personal denunciada por el médico antes de fallecer.
¿Rendirán cuenta algún día por esto Valdés y Cardozo?
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