Por Gabriel Link
Hace 77 años era domingo. Ese día hubo elecciones en Argentina, y todos creyeron que había ganado la Unión Democrática (Unión Cívica Radical, Partido Socialista, Partido Comunista y Partido Demócrata Progresista), impulsada por la Embajada de Estados Unidos, entonces comandada por el polémico Spruille Braden, que ofrecía la fórmula radical ” José Pascual Tamborini-Enrique Mosca”. Del otro lado, la fórmula laborista encabezada por el coronel Juan Domingo Perón, acompañado también por un radical, el correntino Juan Hortensio Quijano, parecía haber sido derrotada.
Sin embargo, contrariando a la “Embasy”, a la oligarquía y a todo lo anunciado por los medios, había ganado Perón y se convertía en el presidente más influyente de la historia argentina, el más amado por el Pueblo, el más odiado por las clases dominantes. El posibilitador de que los trabajadores nutrieran la clase media en nuestro país.
Hace 77 años Clarín, el Gran Diario antiargentino, ponía a toda tapa una foto del adversario de Perón, con nombre y cara de Tamborini dominando la portada y haciendo un panegírico editorial en el que citaba a Roca y mencionaba a la Argentina “a la cabeza” de las naciones americanas en términos de “riqueza material, cultura y civilización”.
El editorial de Roberto Noble mencionaba que los votantes de la UD eran la “ciudadanía consciente e ilustrada” y explicaba que “el pueblo argentino tiene la conciencia de que al depositar hoy en las urnas la boleta de los candidatos de Unión Democrática vota por el mantenimiento de la Constitución y las leyes básicas de la república”
Clarín decía en ese editorial que votar a Perón era “retroceder a la montonera y a la barbarie”, calificaba a Perón como desorbitado demagogo que hacía “promesas mesiánicas” y predecía que los trabajadores “no son esclavos ni carne de despotismo” y que “no admite la tiranía de nadie”, también augura ese editorial que los obreros mostrarían su repudio al déspota y tirano, “votando en consonancia con el resto de la ciudadanía”.
Al igual que en el día de la elección, el lunes 25 la figura de Tamborini dominaba la portada del diario de Roberto Noble, buscando imponer la idea del triunfo del radical, con otra gran foto de militares “custodiando las urnas”, la campaña de “concientización” había iniciado.
En fin, ese día votó el 81% del electorado habilitado y Perón logró casi el 54% de los votos, aunque para que el pueblo se enterara de ese resultado debió pasar un buen tiempo, pues el recuento de votos se demoró hasta fines de marzo, recién el 31 de ese mes (35 días después de la elección) Clarín publicó en su portada que Perón había ganado en la capital. Fue el segundo titular que reconocía un triunfo distrital del “tirano” (el primero había sido el 3 de marzo cuando se cerró el recuento en Catamarca), y el único con su nombre.
Entre el 25 de febrero y el 16 de marzo Clarín anunció de manera militante cada día en portada los distritos en los que ganaba la Unión Democrática exagerando guarismos, pero poco o nada decía de los distritos en los que ganaba Perón. Ese día el periódico dejó de publicar noticias sobre el recuento y pasó a cubrir sus portadas de noticias de la guerra. El 9 de abril se oficializó el triunfo de Perón, pero el diario ni siquiera lo mencionó en su tapa.
Perón gobernó una década y cambió la historia argentina. Industrializó el país, instaló la movilidad ascendente y propició que un trabajador tuviera derechos laborales, pudiera comprarse su casa, su auto y mandar a sus hijos a la universidad, aunque por insólito que parezca el Gran Diario NUNCA anunció en portada que el entonces coronel se había impuesto en los comicios del 24 de febrero y sería el próximo presidente de la nación.
Recién el 6 de mayo se reunió el colegio electoral, y la derrota del poder establecido fue abrumadora, 299 delegados votaron por Perón-Quijano, 11 se abstuvieron y solamente 66 lo hicieron por los radicales Tamborini-Mosca. Tuvieron que pasar dos meses y medio para que la Asamblea Legislativa proclamara ganador a Juan Perón. Clarín ni siquiera lo mencionó en su edición del día siguiente, apenas apostillaron que “Perón y Quijano totalizaron los 68 votos” del Colegio Electoral de Capital.
“La realidad se puede tapar o se puede hacer tapa”, rezaba amenazante una publicidad del diario de Magnetto en tiempos kirchneristas. Lo que no se puede hacer con la realidad es anularla, ni siquiera con todo el poder de los medios se la puede anular. No pudieron en el 46, ni en 2003, ni en 2007, ni en 2011, ni en 2019. Esperemos que la sociedad sea lo suficientemente madura para impedir que puedan lograrlo en este año electoral.
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