De la Readacción de Contrapoder –
Mientras Lula Da Silva permanece en la cárcel desde hace casi un año, condenado sin prueba alguna en su contra, apenas porque el juez Moro asegura que vecinos de la finca, “declararon que ‘todo el mundo’ comentaba allí que la vivienda era de Lula”, el ex presidente de facto Michel Temer, que afronta nueve causas judiciales como líder de una asociación ilícita, repletas de pruebas en su contra, fue puesto en libertad ayer por un camarista que consideró que no había razones para detenerlo con prisión preventiva.
El juez Antonio Athie, del tribunal Regional Federal de la Región 2, revirtió en forma cautelar la decisión tomada por el juez Marcelo Bretas, de la Operación Lava Jato en Río de Janeiro, al considerar que no había motivos para mantener la prisión de Temer bajo el argumento de que puede afectar el orden público y la causa judicial.
La decisión fue interpretada en el medio jurídico como un duro golpe a la Operación Lava Jato y a su doctrina de aplicar la prisión preventiva para luego hacer acuerdos de delación premiada, como ocurre desde 2014.
“No estoy en contra del Lava Jato, al contrario, también quiero ver libre de corrupción a nuestro país. Pero sin observar las garantías constitucionales y con violación de reglas no hay legitimidad en la lucha contra esa plaga”, fustigó el camarista en su fallo.
La decisión estaba prevista para este miércoles, pero el camarista la adelantó explicando que no había legalidad en la decisión de Bretas. Fue liberado, también, el ex ministro de Energía y de las privatizaciones del gobierno de Temer Wellington Moreira Franco, ex gobenrador de Rìo de Janeiro y otras cinco personas, entre ellas el ex policía Joao Baptista Lima, considerado por la Fiscalía como el testaferro de Temer durante las últimas cuatro décadas.
Temer fue alojado en una sala de la Policía Federal de Río de Janeiro tras haber sido detenido en Sao Paulo el jueves en el marco de la Operación “Descontaminación” que forma parte de una investigación sobre un contrato de la constructora Engevix y la empresa de Lima en la estatal Electronuclear para construir la central nuclear Angra 3.
La Fiscalía y Bretas consideraron que hubo pago de sobornos desviados hacia Temer y al Movimiento de la Democracia Brasileña (MDB).
Temer fue presidente luego de haber participado del golpe de Estado que destituyó a Dilma Rousseff de la presidencia mediante un juicio político que no incluyó ninguna denuncia de corrupción en su contra. En cambio quien la destronó tiene nueve causas abiertas en la Justicia, que comenzó a investigarlo en las instancias inferiores luego de que perdiera los fueros al pasarle la banda a Bolsonaro.
Entre los procesos se encuentra uno de distribución de dinero ilegal confesado por un ex ejecutivo de Odebrecht, la constructora que comandó las delaciones premiadas ante el ex juez Sérgio Moro y que expandió el escándalo a varios países de América Latina, incluida la Argentina.
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