De la Redacción de Contrapoder –
El ex presidente de Brasil Luiz Inácio “Lula” da Silva rechazó ayer el derecho a solicitar la prisión domiciliaria por haber cumplido 1/6 de la condena que recibió por el famoso triplex que nunca fue suyo. “Lula no quiere ejercer ese derecho porque sostiene que no practicó ningún delito”, explicó a “O Estado de Sao Paulo” Cristiano Zanin Martins, abogado del ex mandatario.
El Superior Tribunal de Justicia, en abril, redujo de 12 a 8 años de prisión la condena de Lula por corrupción a la que lo había condenado en 2017 el ex juez Sérgio Moro, quien al asumir Jair Bolsonaro fue “premiado” con el ministerio de Justicia. Lula indicó a sus abogados a que señalen que por el momento no prevé asumir el derecho de lo que se denomina “progresión de la pena”, es decir, permitir un arresto domiciliario con tobillera electrónica o permisos para salir a trabajar teniendo que volver a prisión a dormir todas las noches.
Lula, de 73 años, gobernó Brasil entre 2003 y 2010 y está preso desde el 7 de abril de 2018 en la sede de la Policía Federal en Curitiba. El líder opositor espera que el Supremo Tribunal Federal, máxima corte del país, anule su sentencia a raíz de las pruebas ofrecidas por el sitio The Intercept, que reveló diálogos en chats entre los fiscales que lo acusaban y el entonces juez Moro, tramando contra Lula para quitarlo de la elección acusándolo sin pruebas. La condena contra Lula por el departamento de Guarujá le impidió presentarse a las elecciones del año pasado, en las cuales era el favorito según todas las encuestas, aun luego de haber sido encarcelado.
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