De la Redacción de Contrapoder –
Molesto por el engaño “pergeñado” por el bloque de ECO para generar una reunión de comisión, el concejal justicialista Diego Figueredo, aseguró a Contrapoder Radio, que el único objeto del engaño fue promover dos despachos para generar “ruido político” en base a dos falacias. Por un lado acusar al intendente, al viceintendente y al secretario de Gobierno de utilizar sus posiciones de poder para realizar “negocios” con el municipio; y por el otro “rechazar” los balances municipales, que, no solo fueron aprobados por el auditor externo nombrado por el radicalismo (CPN. Luis Martinelli), sino que además ya estaban aprobados por default, pues la Carta Orgánica es muy clara al indicar que el rechazo es posible solamente hasta el 31 de julio. “Con esto volaron todos los puentes”, apuntó con fastidio Figueredo.
Al respecto la Carta Orgánica municipal apunta en su artículo 65: “… El Concejo Deliberante deberá emitir opinión fundada, en general y en particular, con dictamen partida por partida del presupuesto ejecutado y sobre la situación de razonabilidad del estado patrimonial del municipio. La aprobación o rechazo de los estados contables se deberá formular antes del día 31 de julio …”
El concejal justicialista explicó que el martes, en pleno ajetreo por el lanzamiento del plan Argentina sin Hambre, recibió un mensaje del concejal Carlos Gatti, presidente de la comisión de Legislación, convocándolo para una reunión de comisión al día siguiente para tratar un proyecto de Ferreyra Dame sobre vacunación para la fiebre amarilla, sin embargo la convocatoria no era otra cosa que un engaño, pues el tema que en teoría sería motor de la reunión de comisión ni siquiera fue tratado, era solo un señuelo para lograr quórum y así aprobar solapadamente dos despachos que motivaran una polémica sesión extraordinaria.
Para lograr el quórum ECO necesitaba la presencia de un concejal oficialista, y mediante esa argucia lograron sumar a la inocente Pamela Fernández, quien, siendo bien pensados, ni siquiera se enteró de que la estaban manipulando. El objetivo primigenio de los concejales Gatti, Cetour y Marticorena, en sintonía con el golpeado presidente del cuerpo, Wilfredo Collinet, era “acusar” a las tres principales figuras políticas de la ciudad de ser “proveedores” del municipio, por utilizarse esa figura para insertar los gastos de viáticos en el balance de Sumas y Saldos.
Para evitar engorros contables, desde los tiempos del radical de Eduardo “Peteco” Vischi, al regreso de cada viaje las autoridades presentan las facturas recibidas en cada comercio, estación de servicios, hotel o restaurante visitados para rendir gastos, y las mismas son balanceadas en una cuenta que lleva el nombre de cada uno de ellos, de otro modo cada uno de esos establecimientos debería ser registrado como proveedor del municipio, lo que convertiría dicho listado en una sucesión interminable de proveedores a lo largo y ancho del país, cuya inmensa mayoría jamás volvería a facturarle al estado municipal.
La medida, insertada en el programa contable por la gestión de Vischi, ya había sido cuestionada en su momento por el bloque del Frente para la Victoria cuando se detectó la metodología, que no había sido explicada al legislativo. En aquel momento la situación fue aclarada rápidamente por el entonces intendente Tarabini y se siguió implementando ininterrumpidamente. Varios de los ediles que hoy conforman el bloque opositor entonces cumplían la misma función pero en el oficialismo, y se encargaron de dar las explicaciones que hoy parecen haber olvidado.
Wilfredo Collinet es un cadáver político, y sabe que deberá responder con su patrimonio por más de un millón de pesos del presupuesto del Concejo, que “desaparecieron” tras la elección del 2 de junio. Su desesperación lo lleva a cometer estas torpezas, buscando una venganza que no saldará sus deudas con la justicia.
Lee más: Escándalo: Collinet escondió un informe que confirma malversación de fondos en el Concejo
RSS